EJERCICIOS PRACTICOS

La rosa-corazón

Por favor, imagina una flor dentro de tu corazón. Supongamos que prefieres la rosa. Imagina una rosa que aún no ha florecido plenamente; todavía es un capullo. Después de meditar dos o tres minutos, intenta imaginar por favor que la flor se está abriendo pétalo a pétalo. Ve y siente la flor abriéndose pétalo a pétalo dentro de tu corazón. Entonces, después de cinco minutos, intenta sentir que no hay corazón en absoluto; tan sólo hay una flor dentro de ti llamada ‘corazón’. No tienes un corazón, sino sólo una flor. La flor se ha convertido en tu corazón o bien tu corazón se ha convertido en una flor.

Después de siete u ocho minutos, siente por favor que esta flor-corazón ha cubierto tu cuerpo entero. Tu cuerpo ya no está ahí; de la cabeza a los pies puedes sentir la fragancia de la rosa. Si miras a tus pies, experimentas inmediatamente la fragancia de una rosa. Si miras a tu rodilla, experimentas la fragancia de una rosa. Si miras a tu mano, experimentas la fragancia de una rosa. En todas partes, la belleza, la fragancia y la pureza de la rosa han colmado tu cuerpo entero. Cuando sientes desde tu cabeza hasta tus pies que te has convertido sólo en la belleza, la fragancia, la pureza y el deleite de la rosa, entonces estás listo para ponerte a los Pies de tu Amado Supremo.

Un río de conciencia

Cuando medites, procura traer tres cosas a tu mente: pureza en todo tu ser, humildad en todo tu ser y gratitud en cada miembro, en cada célula de tu ser. Cuando inhalas y exhalas, siente que un río de conciencia está fluyendo a través de ti sin ninguna coerción o esfuerzo. Siente que este río de conciencia divina está fluyendo adentro y afuera en unicidad constante con su Fuente, el Supremo.

Ofrenda a Dios

Cuando inhales, siente que estás inhalando las cualidades inmortales de Dios y cuando exhales, siente que estás ofreciéndole a Dios tu ignorancia.

Ahora mismo sentimos que la ignorancia es nuestra posesión. Aunque decimos que la ignorancia es muy mala, no queremos deshacernos de ella. Pero tenemos que saber que la ignorancia no es nuestra posesión real; nuestras posesiones reales son la luz, la paz y el deleite. Durante la meditación ofrécele a Dios tus posesiones falsas y recibe de Dios tus posesiones reales. Pídele a Dios que tome lo que tienes y lo que eres, y te dé lo que Él tiene y lo que Él es. Lo que tú tienes es aspiración, el llanto interno por llegar a ser divino. Lo que tú eres es ignorancia. Pídele a Dios que tome ambas, tu aspiración y tu ignorancia, y te dé lo que Él tiene y lo que Él es: Infinitud, Eternidad e Inmortalidad.

El Ser dorado

Intenta sentir que estás dentro del corazón de Dios, el Piloto Interno. Aunque no has visto al Supremo, tan sólo imagina mentalmente un ser humano que es absolutamente dorado. Imagina que Él está justo delante de ti y que tú estás dentro de Su Corazón o en Su Regazo o a Sus Pies. No pienses que tienes dieciocho, cuarenta o sesenta años de edad. Piensa ques ólo tienes un mes y que estás dentro del Corazón mismo del Supremo, o en Su Regazo.

La inmensidad del Cielo

Mantén los ojos entreabiertos e imagina el vasto cielo. Al principio intenta sentir que el cielo está enfrente de ti; más tarde trata de sentir que eres tan vasto como el cielo o que tú mismo eres el vasto cielo.

Unos minutos después cierra por favor los ojos e intenta ver y sentir el cielo dentro de tu corazón. Siente que tú eres el corazón universal y que dentro de ti está el cielo en que has meditado y con el cual te has identificado. Tu corazón espiritual es infinitamente más vasto que el cielo, así que puedes albergar fácilmente el cielo dentro de ti.